lunes, diciembre 17, 2007

Idries Shah


Idries Shah, nació en 1924 en Simla (India) en el seno de la familia Hachemita Jan fishani, descendientes directos del profeta Muhammad y cuna de grandes sabios sufíes. El vínculo de su familia con Occidente, data de varias generaciones; ya su abuelo Sayed Amjad Alí Shah, estableció en la primera mitad del siglo XX, una escuela sufí. Su padre, Sirdar Ikbal Alí Shah, dedicó grandes esfuerzos en establecer puentes culturales entre oriente y occidente, destacando en especial, en el campo de la literatura y la diplomacia. Heredero de este bagaje, Idries Shah, no se limitó a la función docente sufí sino que desarrolló una labor de introducción en occidente de elementos que pudieran serle de utilidad. Sus extensos viajes por Asia Central, Oriente Medio y Norte de África, le familiarizaron con la cultura de estas sociedades y fruto de ello fueron sus tres primeros libros. En 1964 publicó “Los Sufíes”. Allí mostraba que el camino sufí había participado decisivamente en la gestión de la sociedad occidental. El éxito de este libro, difundió el pensamiento sufí en occidente y Shah recibió el reconocimiento de universidades e instituciones como la UNESCO. En obras posteriores: “Cuentos de los derviches”, “Pensadores de Oriente”, “El monasterio mágico” y “Caravana de sueños” presentó por medio de parábolas, (un instrumento muy utilizado por los maestros espirituales de oriente) la explicación de lo que por medio de palabras y relatos comunes, no puede ser entendido. Igualmente, Idries Shah abordó mediante la figura de Mulá Nasrudín, el humor. Este personaje es muy utilizado por los sufíes para romper las tendencias asociativas y los patrones fijos de nuestro pensamiento. Otros libros como “Aprender a aprender”, “Un escorpión perfumado” y el “Yo dominante” se adentran en las barreras psicológicas y sociológicas que atenazan a la sociedad actual. Shah nunca consideró el misticismo como una huida o refugio, sino como un camino práctico y necesario. Idries Shah, emprendió actividades de diversa índole: como su ayuda a la investigación y desarrollo de patentes relacionadas con la ionización de la atmósfera en Inglaterra, impartió cursos universitarios y destacó en su labor en diferentes sociedades médicas, culturales y económicas.

El IRC (instituto para la investigación cultural) fundado por él, es en la actualidad una institución con gran reputación en al campo de la investigación transcultural y el análisis de patrones de creencias, Shah Solía afirmar que el camino sufí se puede compaginar con cualquier actividad o profesión y que puede ayudarnos a trascender las limitaciones habituales. Su rechazo a asumir el liderazgo de los grupos esotéricos y espirituales que llamaban a su puerta le granjeó la enemistad de muchas autoridades pertenecientes a estos grupos.

No obstante, Shah siempre mantuvo que el papel de maestro que le deseaban adjudicar, respondía a la mentalidad de seguidores de gran parte de las audiencias, más que a las necesidades de la situación. Aunque mantuvo su labor en oriente lejos de la voz y la mirada públicas, su trasfondo se vincula a la Cadena o Sendero de los Maestros. Idries Shah, preservó un vínculo especial con el país de sus antepasados: Afganistán. Durante la ocupación Soviética, en los años 80, fundó una organización de ayuda a los refugiados, estableció hospitales y, a pesar de su estado de salud, emprendió peligrosas visitas al país para llevar ayuda a los afganos. A raíz de esta experiencia escribió su únic novela: “Kuru Kushu”. A través de su trabajo, Shah mostró que el conocimiento debe adaptarse a las necesidades de cada sociedad, Citando una frase suya: “El color del agua parece ser el color del vaso que la contiene”.

Sayed Idries Shah falleció en Londres el 23 de Noviembre de 1996. En su estela funeraria figura una sentencia. “Que tu mirada no quede atrapada en mi forma externa, pero toma lo que se halla en mi mano”.

No hay comentarios: