martes, noviembre 20, 2007

Vera


La astrónoma norteamericana Vera Rubin, demostró en 1970, con estudios realizados con radiotelescopios, que la velocidad de rotación de las galaxias espirales es la misma cerca del núcleo que en los bordes exteriores. Se mueven como discos rígidos en lugar de hacerlo como el Sistema Solar, donde los objetos cercanos al centro de masa, que es el Sol, orbitan más rápido que los planetas lejanos. La única forma de explicar el descubrimiento de Rubin es asumiendo que existe allí al menos diez y hasta 100 veces más materia que la que se puede ver.
En el otoño de 1951 el comité para la selección de conferenciantes de la Sociedad Americana de Astronomía (AAS) en Pennsylvania, mantuvo acalorados enfrentamientos sobre si a la astrónoma Vera Rubin de la Universidad de Cornell se le permitía subir a hablar en la tribuna de la AAS (1). El impedimento nunca fue por su osada hipótesis de plantear un universo de densidad poco homogénea. Pues esto implicaba que la ley de expansión de Edwin Hubble, -la velocidad de alejamiento de toda galaxia aumenta en proporción a su distancia-, no era sacrosanta.
Según sus análisis había galaxias que sus espectros presentaban corrimientos al azul, adquiriendo velocidades muy peculiares, es decir, presentaban movimientos adicionales e independientes al flujo de expansión propuesto por Edwin Hubble en la década de los años 20. Con lo que Vera Rubin deducía que nuestro universo tenía que ser mucho menos homogéneo de lo que se pensaba, es decir, que la densidad galáctica pudiera ser mucho mayor en algunos lugares. Sospechaba que tales regiones densas (supercúmulos galácticos) podían ejercer suficiente atracción gravitatoria para atraer ciertas galaxias. Las broncas y desaires al término de su conferencia (9 de diciembre de 1951) y la consiguiente negativa de publicar su trabajo en las revistas de astronomía fueron fruto de la cerril intransigencia de género ante una joven madre astrónoma de 23 años que rompía con la ortodoxia de la homogeneidad cósmica. La evidencia observacional en la década de los 60 corroboró su teoría, nuestra Vía Láctea y galaxias del Grupo Local mantienen un inusual desplazamiento de 600 km/s y en una dirección angular (distinta) y, al margen, del flujo expansivo del universo. Esta atracción está siendo ejercida por alguna súper estructura masiva o supercúmulo de galaxias. En 1992, los mapas del DMR (radiómetro diferencial de microondas) del satélite COBE confirmaron estas macro-concentraciones de materia, el universo presenta marcadas fluctuaciones de densidad.

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